Cézanne decía que pintando manzanas pretendía expresar "el ser manzanesco de la manzana". Su realidad, su manera de pintar, está condicionada por una resistencia a la fotografía. La realidad diverge. Ya no es lo que era antes del nacimiento de la fotografía.Con la aparición del ordenador y la digitalización de la imagen (y del ser), la realidad vuelve a divergir. Ya no vemos como veíamos antes.
Cézanne dibujaba las manzanas que el tenía en su mente aunque no fuesen un fiel reflejo de la manzana. La pregunta es:
¿Como dibujaríamos nosotros la manzana digital?
Google se ha convertido en el banco de imágenes más grande jamás creado. Por eso, cuando Rubén Tortosa planteó esta práctica en el Máster de Producción Artística de la UPV, acudí a él con la esperanza de hayar inspiración. Cuando tecleé "manzana digital", aparecieron las imágenes que los robots de Google habían rastreado previamente pero: ¿acaso reconocen esos robots las imágenes? No.Con la llegada de la tecnología, la forma de ver, ha cambiado. El ojo digital llega donde nuestro ojo, el analógico, no llega. De este modo, a través de nuevos lenguajes y de nuevas formas de representación de la imagen, podemos ver dentro del cuerpo humano, más allá de las estrellas o al otro lado de la pantalla.
Cada imagen tiene un código asociado, unos atributos que son insertados por la mano analógica en la red y a ella se debe que las imágenes que aparecieron en Google respondiesen a "manzana digital".
Por esta razón, yo puedo introducir en la red cualquier imagen y a través del código, decirle a los robots que esa imagen es una manzana. Ésta pasa a ser, automáticamente, una manzana digital.
Pero ¿porqué es digital si ha sido introducida por la mano analógica?La imagen es digital en tanto en cuanto se se convierte en código para ser vista, para ser reconocida por el ojo digital de los robots.
Por otra parte, el acto de situarse encima de una imagen para obtener la información añadida, la convierte en digital puesto que esa forma de ver más allá de la representación de la manzana, no responde a el ojo analógico sino al digital.
Por todo esto descubro, paradojicamente, que la manzana digital puede ser una manzana, un coche, un árbol o un melocotón.
